jueves, 13 de mayo de 2010

Blanca de Anjou -conocida como la reina de la "santa paz"- murió el 13 de octubre de 1310, a los 27 años, dos días después de su décimo parto.

INVESTIGACIÓN DE LOS SEPULCROS REALES

QUE DIFÍCIL ERA SER REINA

El cuerpo de Blanca de Anjou ha sido recompuesto a partir de los restos mezclados de su tumba saqueada

La pequeña Blanca fue entregada a los 12 años al peor enemigo de su padre -bien, las dos
familias ya hacía años que estaban enzarzadas en una guerra sucia, con ejecuciones y secuestros
varios de las criaturas del enemigo-,incluida como una cláusula más de un tratado de paz.

En el mismo lote, los dos clanes se
repartieron el control de sus territorios de Nápoles, Sicilia, Córcega y Cerdeña, aunque
rompieron el trato y se siguieron apuñalando, pero eso es otra historia. A los 13
años, Blanca tuvo su primer hijo. Siguió sin descanso hasta que, con el noveno, le
vio las orejas al lobo e hizo testamento. No sobrevivió al décimo parto y murió
a los 27 años. Su marido, 16 años mayor que ella, mostró «gran amargura» por su
muerte, aunque al fin y al cabo, escribió, murió «como católica que era».
Los forenses acaban de recuperar su cadáver descuartizado y arrojado a un pozo, descompuesto y picado por carcoma: el cuerpo de una chica de 1, 47 centímetros, con el útero dilatado propio de una embarazada de nueve meses.

Han reconstruido las piezas y todo confirma el relato.
La historia no trata de una lucha ancestral entre mafiosos y camorristas explicada por
Sciascia o Saviano, sino del pulso entre los monarcas de Aragón y la dinastía francesa de los
Anjou. Y el cuerpo es casi con toda seguridad el de Blanca de Anjou (1283-1310), esposa del
nieto de Jaime I, el rey Jaime II, enterrada con él en Santes Creus. Sus restos estaban
mezcladas con los huesos de dos hombres más (todo queda en familia, probablemente son de su marido y de su cuñado) desde que las tumbas fueron profanadas en 1836. Ayer, un equipo
multidisciplinario de expertos del Museo de Historia de Catalunya (MHC), el Instituto de Medicina Legal de Cataluña y la UAB mostró el resultado de la recomposición de los restos.
El estudio permitirá reconstruir la cara de la reina (¿se parecerá a la estatua yacente del
sepulcro?), obtener otra muestra de ADN para seguir identificando restos anónimas de otros
miembros de la dinastía y conocer prácticas médicas a las que se sometía una parturienta en
siglo XIV. A diferencia de los vecinos restos de su suegro, el rey Pedro III de Aragón (II de
Barcelona), en este caso sí que ha aparecido una pequeña joya, un colgante de coral ,un material que se solía utilizar como amuleto protector de niños y embarazadas.

se han encontrado dos mechones de pelo, como en la tumba del rey Pedro: podría ser un rito funerario familiar.
El director del MHC, Agustí Alcoberro, destacó ayer que el estudio, a parte de su
interés científico, permite recuperar una etapa que marca la «realidad histórica como nación»
de Cataluña. Y también, podría haber añadido, ilustra unos tiempos en que incluso las reinas
sufrían la condición de mujer, convertidas en máquinas reproductoras y piezas de pactos
guerreros, y la política feudal tenía más de siniestra guerra entre familias que de causa
nacional.

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