La Fundación Vicente Ferrer entra en la carrera por el nobel desde el primer dia.

Una plataforma independiente presenta la candidatura
de la entidad al comité noruego

• La entidad del cooperante gana 6.000 socios
desde que se murió
• Niños invidentes y mujeres discapacitadas tiran
adelante estudiando y trabajando

Ha llegado el momento que la revolución silenciosa
impulsada por Vicente Ferrer en India resuene con
más fuerza que nunca. Los más de dos millones y medio de
personas de la región de Anantapur a quien el cooperante
catalán proporcionó un futuro son la mejor credencial para
que su fundación obtenga elpremio Nobel de la Paz de 2010.
El apoyo de personalidades del mundo de la política, la cultura y
la empresa, al igual que el de los miles de ciudadanos
corrientes que han apadrinado un niño o han conocido la
tarea ingente de la entidad, es otro de los puntales
para que la plataforma independiente que irá a Oslo
a oficializar la candidatura de la fundación lo haga
con el apoyo más grande posible.
Las bases de los Nobel no permiten que el premio sea
entregado a una persona muerta, pero sí a las obras e
iniciativas que ésta haya legado a la humanidad.
Vicente Ferrer murió el 19 de junio pasado,
pero la fundación que lleva su nombre mantiene intacto
su afán por "rescatar del olvido a las
comunidades más desfavorecidas y sacarlas de la
pobreza ». El proyecto late con más fuerza que nunca.
Incluso en el ciberespacio, donde a través de Facebook
más de 62.500 internautas reclaman a la academia
noruega que la Fundación Vicente Ferrer suceda al
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como
depositaria de uno de los premios más prestigiosos del
mundo.

Este clamor popular, que se avivó
después del fallecimiento del filántropo catalán,
“fué una de las razones que impulsaron la creación
de un grupo de apoyo para que su fundación
obtenga el Nobel de la Paz “, recuerda Rafael Vilasanjuan.
Otro motivo-añade el ex director general de Médicos
Sin Fronteras-fue la clara apuesta que hicieron para
esta idea algunos de los principales medios de
comunicación del país ». El Periódico de Catalunya
que anteriormente había reconocido el trabajo de
Vicente Ferrer con el premio Catalán del Año 2008,
fue el primer medio que apoyó la candidatura.
La prensa sigue defendiendo el proyecto a ultranza
con la publicación de editoriales que solicitan el
reconocimiento de Ferrer. Unos escritos que
se añaden a la carta que los directores de El
Periódico, El mundo.es, La Razón, La Vanguardia,
Público, Abc y el director adjunto de El País han
enviado al comité noruego del Nobel de la paz en la que
expresan su "apoyo unánime a la candidatura»
para seguir impulsando el proyecto con la misma
fuerza que la ha hecho posible y difundir el modelo para
adaptarlo y replicarlo más allá de sus fronteras actuales ».
Esta misiva va acompañada de una serie de
documentos en los que explican la solidez, los éxitos
y el futuro del proyecto, que cuenta con el apoyo
de numerosas personalidades e instituciones. Entre
ellas, el expresidente del Gobierno español Felipe
González, el ex presidente chileno Ricardo Lagos, los
presidentes de 11 comunidades autónomas, los plenarios
de más de 70 municipios, los rectores de algunas de
las principales universidades del país, así como
varios institutos internacionales de la paz y
figuras de primer orden del mundo empresarial y
cultural.
Pero la plataforma que impulsa la candidatura no se
conforma sólo con eso. El 10 de febrero presentará
una campaña para divulgar aún más «un modelo de
cooperación que ha transformado la pobreza extrema en
dignidad »y para demostrar a los que no lo saben que
«Los fundamentos para la paz se ponen trabajando en
el fortalecimiento de la comunidad para poder evitar los
conflictos », argumenta Vilasanjuan.
El grupo de apoyo que viajará a
Oslo es consciente de que la empresa no es fácil "porque
hay aproximadamente 200 causas »que también optarán
el Nobel de la Paz 2010. Con todo, sus
integrantes están ilusiondos y convencidos de que la
Fundación Vicente Ferrer tiene muchas opciones. Saben
que el cooperante daba muchísima más importancia
a sus «intocables» que a recibir cualquier premio.
Pero también saben que el galardón ayudaría a cumplir
otro sueño de Ferrer: conseguir que su proyecto llegara aún
a más gente.